Para responder a
esta pregunta, primero es necesario saber que supone educación y esto es una modificación del hombre, un
desenvolvimiento de las posibilidades del ser. Esta modificación no tendría
sentido si no implicara una mejora. Esto quiere decir que toda educación es una
perfección del ser en todos los ámbitos de su existencia.
La educación es la
base de toda cultura, es relevante para cualquier civilización y debe estar
acorde a los momentos por los cuales pasa la sociedad en la que se está
inserta; y como nuestra sociedad actual sufre transformaciones constantemente,
la educación debe ir de la mano con ella, orientarla, ayudarla y estar a la
altura de las necesidades que surgen en el camino.
Como muchas personas
ven la educación como la puerta o ventana de salida para la realidad que viven
día a día, es muy necesaria una educación equitativa, de calidad, que pueda
recibir cualquier persona, una educación que no discrimine, que atienda la
diversidad de sus estudiantes, ya que en el mundo en que vivimos cada vez son
más notorias las diferencias entre las personas, ya sea por la raza, religión,
clase socio-económica, ideologías políticas,
condiciones sexuales, en fin; por ende se necesita una educación que no quiera
homogeneizar a todos, sino que acepte a cada uno tal cual es, que pueda atender
las necesidades individuales; una educación preocupada no sólo del desarrollo
cognitivo, también del afectivo y social, que transmita a sus estudiantes los
valores esenciales para una convivencia armoniosa, como lo son la tolerancia,
el respeto, la empatía, la solidaridad, el compañerismo, etc., además de las
competencias y herramientas que sean necesarias para afrontar un futuro
laboral, pero más que eso una educación que les ayude a llevar una vida grata y
feliz.
Ideal es dejar de
lado el apego que tienen los docentes al currículo y las evaluaciones por
calificación que solo buscan clasificar a los alumnos según una nota recibida,
indicando así la clase de persona que son. Se busca que los profesores sean
mediadores entre el aprendizaje y el alumno, no un mero transmisor de
información, que le enseñe la importancia de aprender y genere en el la
motivación de crear sus propios conocimientos. Que el docente comprenda que el
aprendizaje debe ser constante y recíproco para que pueda transmitir esto a sus
alumnos.
En resumen una
educación ideal debe dar espacios donde los estudiantes sean libres y puedan
construir sus propios conocimientos, potenciar el espíritu innovador, creativo,
de investigación, donde los educadores sean guías de este proceso; una
educación ideal es aquella que no discrimina, que es de calidad y brinda las
mismas oportunidades para todos, pero que no se olvida que todos son distintos
y los acepta y apoya en las dificultades que se presenten, aquella que potencia
las capacidades y/o cualidades y que ayuda a superar las falencias, una
educación más humana que no se preocupe sólo de los números y letras, sino que
priorice los valores y también los sentimientos de cada individuo. En
pocas palabras una educación ideal sería absolutamente integradora de todos los
aspectos de la vida de los seres humanos como individuo y sociedad.
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